
Así como suceden las cosas más increíbles -de casualidad- así fue como un fin de semana cualquiera, sin más panorama que el Blockbuster, arrendamos una película para ver con los niños.
Una vez que todos nos instalados frente al televisor, en un ambiente cercano a una sala de cine; luz apagada, sonido stereo, y algo para picar, comenzaron a sucederse las primeras imágenes, imágenes que distaban mucho de la clásica película de “monitos animados”. Los niños se miraban entre ellos y me miraban a mi con cara de ¿Qué es esto? mientras yo miraba a mi marido con una interrogante aún mayor.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que
“Les triplettes de Belleville”
nos cautivara a todos por igual. Muy alejada de lo hollywoodense, esta película francesa de extrañas figuras ha sido uno de los últimos descubrimientos de mi marido, quien una vez más no se había equivocado en elegir una película de excelente nivel.
No quiero contarles la trama y tampoco pretendo hacer una crónica de cine, para ello les dejo un
par de
sitios que comentan la película con más propiedad.
Mi motivación es contarles que muchos sostienen que ésta extraña

película casi muda, de dibujo antiguo, oscura y melancólica no es apta para niños, postura que por cierto no comparto. Cuando la película terminó, mis hijos no sólo se vieron beneficiados con un film agudo, creativo y sorprendente, cuyos personajes –sin duda alguna- no se regalarán con la cajita feliz de McDonalds, sino que además se quedaron con muchas ideas para reflexionar. Esto nos llevó a conversar sobre la
perseverancia, fundamental en una época donde todo parece ser más fácil; de la
ética, valor en retirada en un mundo que sobrevalora la relatividad y el exitismo; de los
sueños y la
disciplina que se requiere para alcanzarlos y de la
valentía de quienes se la juegan por el otro.

Para los adultos, fíjense en los guiños de la película: Una metrópolis cosmopolita con mucho de ciudad norteamericana; Josephine Baker y su cinturón de bananas; las ranas y el coraje de los franceses de comerlas en sus variadas formas; instrumentos musicales que emiten sonidos, muy a lo Stomp. Y además escuchen atentamente la banda sonora. Simplemente un imperdible.