miércoles, noviembre 30, 2005

Niños malcriados


-¡Eres un malcriado!.
Le dije a mi hijo Fernando, hace mucho tiempo ya. Como él ni se inmutaba, actitud por lo demás irritante, insistí con más rabia aún.

-¡Y también eres un mal educado!
. Sin darme cuenta que estaba diciendo lo mismo con otras palabras.

El me miró tranquilamente -a esa altura la única descontrolada era yo- y me dice:

-¡Mamá, tu tienes la culpa!.

-¿Yo? -comenzando a poner cara de martir.

-Sí, por que tú eres quien me está criando.

¡Plop!. Toda la razón. Como soy Madre y no un compendio con las leyes inmutables de la psicología infantil, aprendí ese día, que muchas veces son los propios hijos los que te dan la pista en el camino de la educación. Y ésta, sin duda, era una clave importante.

"Son niños que no soportan mucho los deberes", "ojala los muchachos tengan el PC, la guitarra eléctrica y las máximas comodidades posibles", "haz lo que quieras, yo no me meto, es cuento tuyo".
Son algunas frases del reportaje "La generación malcriada" que leí el sábado en El Mercurio. Y son frases que muestran no sólo a un niño que lo tuvo todo (o casi todo) sino tambien a un niño expuesto a cuadros depresivos a muy temprana edad. La Encuesta de Salud 2004 corrobora estas palabras: jóvenes en el tramo de 17 a 24 años con una mayor prevalencia de síntomas depresivos.


¿Y dónde estamos los padres?. o mejor ¿Dónde deberíamos estar?.

No tengo respuestas a este tema, no soy experta, no soy sicóloga, simplemente soy mamá y como mamá les cuento lo que me dijo mi hijo mayor Rodrigo hace dos días atrás y que motivó que yo escribiera este post.

-¿Mamá sabes que es lo que más me gusta de ti?. Me preguntó mientras paseabamos a nuestro perro.

-No, dime tú.

-Me gusta que me exiges, que me obligas a hacer las cosas que me da flojera hacer.

Si esto es educar, parece que aprendí la lección que me habría enseñado Fernando hace unos años atrás.

martes, noviembre 22, 2005

Internet habia muerto


El jueves pasado tembló en Antofagasta. Grado 5 dijeron en las noticias, causando colapso en los enlaces telefónicos y cortes de energía. Pero para tranquilidad de todos, no hubo mayores incidentes, tan solo el susto que se extendió por ese largo minuto 20 segundos que duró el remezón.

Una vez reestablecida la energía eléctrica, la radio aseguraba que todo había vuelto a la normalidad. Sin embargo, la citada normalidad para mi tardó en llegar. Y no es que le tema a los templores. No!!.

Mi problema era otro, me era imposible conectarme a la web. Internet había muerto.

Rapidamente pensé en aquellas cosas que debía estar haciendo pegada al computador. Mandar un informe que mi jefe me pedía urgentemente (gran parte de mi trabajo lo realizo en casa), revisar mi cuenta corriente, preparar una clase para el día siguiente, investigar con mi hijo las efemérides del mes y emitir mi boleta de honorarios. Actividades que hasta hace unos años hacía sin problemas en el mundo real, pero que hoy -con tan solo mover el mouse- las realizo sin esperas, largas filas, ni malos ratos. Si hasta para buscar un número telefónico ya no pienso en las páginas amarillas de papel o en el 133 de informaciones.

Sin duda existen muchas otras actividades que podemos descubrir sentados frente al computador y que se me escapan en este momento. ¿Las podríamos reemplazar?.

Muchos jóvenes latinoamericanos piensan que no. Siete de cada 10 respondieron, a una encuesta sobre la relación de los jóvenes con los medios de comunicación, que no resisten más de una semana sin conectarse a la Web. Dicha encuesta -publicada por el diario argentino
Clarín- consideraba chicos de edades que van desde los 16 a los 27 años.

Como yo no estoy en ese rango de edad y como claramente la internet llegó a mi vida ya de adulta (pero de adulto joven), me sería fácil pasar más de una semana desconectada de la red. Basta recordar que el ideal de muchas vacaciones -para gente de mi generación- está representado por "aquel lugar lo más alejado posible de la civilización" en una idílica isla desierta, con un buen libro y mejor compañía.

Aunque estoy segura que si me perdiera en la isla de noche, bien me vendría un GPS, a pesar de todo lo romántico que pueda ser ubicarse por las estrellas o volver a la cabaña recogiendo las piedritas que fuimos dejando en el camino. Pero eso ya es otro tema, queda para otro post.

domingo, noviembre 13, 2005

un poco de los '60.....

¿Qué tuvieron de especial los años `60?


Un aire de nostalgia de: Castpost de Esther

Sin lugar a dudas: California Dreaming, la mejor canción de “The Mamas & The Papas”, uno de los conjuntos hippies más populares de la época.

Las primeras transmisiones de TV con el Mundial de Fútbol más recordado por todos los chilenos. Era 1962 y por supuesto yo aún no nacía. Tal como hoy, la televisión marcó nuestras vidas: "La hechizada”, “La caldera del diablo” y "Bonanza", eran los “Sex and the City” de aquella época. Imperdible fue también “Sábados Gigantes” al menos para los santiaguinos, ya que en La Serena solo teníamos Televisión Nacional.

El inicio de la guerra de Vietnam de la cual, yo tan sólo con un año, nada entendía. Como duró más de diez años, hubo tiempo suficiente para enterarse de la marcha de protesta realizada frente al Pentágono; de la niña de la foto: una vietnamita muy delgada, corriendo desnuda y llorando con el cuerpo quemado por napalm y de muchos horrores que películas como Apocalipsis Now, El Francotirador y el musical Hair se encargaron de mostrarnos.

La llegada del hombre a la luna fué para mí una foto en un diario de una gran huella marcada en la arena y una noche de 1969 cuando mi mamá nos hace mirar hacia el cielo mientras nos explicaba la trascendencia de ese momento. Yo tenía 6 años y mi hermano 5.

Los hippies con sus ideales, su estilo de vida pacifista, su reveldía y su consiga de oposición: “hagamos el amor y no la guerra”, marcaron a la sociedad. Pero también influyeron en la moda con sus pantalones “patas de elefante”, las camisas hindues, el pelo largo y las flores, muchas flores. Pero yo de hippie, nada, tan sólo la mirada romántica -desde la prudente distancia- de una niña de 8 años.


De esos míticos años ’60 ¿qué recuerdas?.

Nota: Gracias a Pancha que me enseñó a poner música en los post. Y a mi hijo Fernando que me buscó está canción.

jueves, noviembre 10, 2005

¿Y tu que tiras al agua?


Es el título de una vieja canción de Alberto Cortez. El mismo cantante argentino de "Cuando un amigo se va", "Callejero" y otros éxitos que tal vez, la mayoría de ustedes jamás haya escuchado y es que fueron "hits" hace muchos años.....en los '70.....

¿Y por que me acordé de esta vieja canción?. Por una noticia que escuché hoy que no tiene relación alguna con Alberto Cortéz, ni menos con su canción, pero si con ese deseo de que situaciones que nos hacen daño como seres humanos puedan desaparecer simplemente tirándolas al río para luego ver como el agua se las lleva definitivamente. ¿Qué tiro yo al agua?... los invito a leer la letra de la canción y luego siganme hasta el final de la historia.

El: ¿Dime... que tiras al agua?
Ella: Un publico desconsuelo
y una secreta esperanza.
Lagrimas que no son mias
recuerdos y madrugadas.
Remordimientos antiguos,
palabras... muchas palabras que por dichas
No conviene recordarlas...
Y tu... que tiras al agua?
El: Trabajos mal terminados,
canciones inacabadas,
nombres de malos amigos, dudas,
y dos o tres cartas malamente concebidas y
escritas en hora mala.
Dime... que tiras al agua?
Ella: Silencios... muchos silencios,
desgracias... muchas desracias,
desabridas actitudes, iras injustificadas, tiempo inutil y perdido,
deudas que nunca se pagan,
tristezas no comprendidas,
hambres, miserias humanas,
verguenzas inconfesables,
limoznas no confesadas,
consejos paternalistas,
exhodos de casa en casa
y una desconsoladora sensacion dentro del alma.
y tu... que tiras al agua?
El: Desatinos, desacuerdos,
mentiras innecesarias,
traiciones no cometidas,
promesas no consumadas,
falsos credos, diferencias,
hipocritas alabanzas,
prejuicios imperdonables,
conclusiones temerarias,
resentimientos obscuros, frases desafortunadas...
Mi vida... mi vida entera...
Ella: Mira como se la lleva el agua...


Esta es la historia:

Noviembre de 2004: Una ofensiva del ejército estadounidense ataca la ciudad iraquí de Faluya. Un niño ve a lo lejos unas chispitas en el cielo que se encienden mientras caen rapidamente sin tener idea que esas luces convertidas luego, en una gran nube blanca no le permitirán escape alguno.



Noviembre 2005: La televisión pública italiana RAI, ha difundido que el ejército estadounidense usó armas químicas contra civiles durante la ofensiva para controlar Faluya. Soldados confirmaron el uso de fósforo blanco que actúa de forma parecida al napalm, quemando completamente la piel y los órganos internos de los individuos afectados, dejando intactos solamente los restos de los huesos carbonizados.

Ahora que ya saben la historia, sin duda sabrán también que tiro yo al agua....

sábado, noviembre 05, 2005

Enseñando a Dar

Hay momentos del día -y algunas veces días completos- en que se hace difícil criar a los hijos: llevarlos, traerlos, probarles el disfraz, volver a aprender sobre el átomo, arreglar la cadena de la bici, inflar los globos para el cumpleaños, …...en fin, se hace eterno. Sin embargo, es un tema que con la adecuada cuota de paciencia, buen humor y compenetración con el rol de madre…funciona.

Pero mi reflexión apunta más que a criar, a la tarea de educar. Tarea que compite con los millones de estímulos que aparecen como duendes encantados en el pequeño mundo de nuestros niños, un mundo mucho más expuesto a tentaciones y con más zancadillas de las que yo recuerdo haber vivido.

Y realizando esta tarea de educar: de fortalecer autoestima, de formar carácter, de transmitir valores, es que surgió -en un almuerzo de día de semana- la conversación acerca de la mejor manera de ayudar a los demás. Entre argumentos y preguntas me acordé de una enseñanza muy antigua donde el dar está relacionado con la: Alegría, Justicia y Solidaridad.

La Escalera de la Caridad del Rabino Maimónides

El nivel mas bajo de caridad es dar obligado y gruñendo.
El nivel 7º, es dar alegremente pero menos de lo que debemos dar.
El nivel 6º, es cuando damos directamente al que lo necesita, luego de que nos pidió ayuda.
El 5º nivel, es dar directamente al necesitado sin que se nos haya pedido.
El 4º nivel, es dar indirectamente, sin que sepamos la identidad del necesitado, pero este sí sabe quien es el que lo está ayudando.
El 3er nivel, es dar indirectamente, sin que el beneficiado sepa nuestra identidad, pero nosotros sí sabemos quien recibe la donación.
El 2º nivel, es dar indirectamente, en donde ni el beneficiado ni el dador conoce la identidad de cada uno.
El 1er nivel, el mas alto, la forma más elevada de hacer caridad, es ayudar a una persona antes que esta persona lo necesite o antes que se empobrezca.