domingo, marzo 26, 2006

Aterrizamos nuevamente....

Aterrizaje Forzoso

Hola a todos....Demasiado tiempo sin escribir y es que regresar de vacaciones no es tarea fácil.

Nada comparado con salir de vacaciones. Eso es pan comido. Con toda la energía de un descanso prometedor organizas el viaje, preparas maletas, le pides a alguién que riegue el jardín, le pides a otro alguien (este un poco más cercano y más responsable) que alimente diariamente a tu mascota, pones la alarma, cierras la puerta y también los ojos. Y es que deseas que no pase nada en tu ausencia, de modo que para disminuir la preocupación te dices a ti misma "total son cosas materiales" (la mascota se entiende que no). Ni tan cierto, por que igual son tus cosas y te importan...pero ya quieres salir luego de vacaciones, así es que sin remordimiento alguno llenas de gasolina el auto y partes....¿el resto?, ¡pasarlo bien!.



El regreso en cambio, es otra cosa muy distinta. Por más que ya desees volver al "Hogar dulce Hogar", sabes que te esperan toneladas de ropa sucia y un aseo profundo de toda la casa, que de tanto tiempo cerrada más de algún nuevo morador tendrá y aunque el Hanta no se vea por estos lados, igual persigue. Te espera el peregrinaje por las grandes tiendas en busca del uniforme para el colegio, rogando que la temporada escolar no haya acabado (aunque en marzo -a mi entender- recién comienza). Ni hablar del atochamiento en el rincón escolar del supermercado donde mamás y también papás se pelean por los mismos cuadernos (especialmente los de caligrafía) que a fuerza de la excesiva demanda o la escasa oferta, o ambas, nunca son suficientes.

Asi como lo "comío y lo bailao no te lo quita nadie", nadie tampoco se hace cargo de las cuentas asociadas al mencionado viaje. Deudas...deudas y más deudas, que se suman a los pagos de la patente del auto, la mensualidad del colegio, los aranceles de la U. Con la guinda adicional: el precio de la bencina que no para de subir. Bajo este escenario no queda otra que ponerse las pilas, enfrentar el trabajo como un nuevo desafío y generar panoramas entretenidos para el fin de semana.

Una arrancadita a los cerros de Antofagasta en búsqueda de un tesoro escondido, fue la actividad al aire libre que organizamos toda la familia el domingo pasado, mascota incluída. Una aventura de la cual les contaré en mi próximo post, aunque los más curiosos pueden visitar el blog de mi hijo Fer donde encontraran un adelanto de lo que será la nueva entretención del siglo 21.